El hechizo
Prólogo
Salomé
Las Princesas no lloran...
Esa fue mi decisión hace
algún tiempo.
Recuerdo que yo siempre fui
una princesa muy feliz al lado de mi padre, el rey Saúl.
Mi padre siempre gobernó la
provincia de un país lejano.
En el castillo, vivía mi
padre, mi tía Dorotea, yo y toda la
guardia del castillo.
Recuerdo que yo crecí con
la protección del rey Saúl y todo el reino. Yo no llevaba una vida normal,
porque fui escoltada por varios guardias y nunca pude cruzar las enormes
paredes del castillo. Esto era necesario para mi protección.
Como todo un reino, teníamos
enemigos por todas partes. Y lo asombroso es que nuestros enemigos más
peligrosos estaban dentro de nuestro palacio, entre nuestra familia real.
El antídoto
PET TORRES
Prólogo
Salomé
El hechizo llamado Lágrima de
princesa me transportó otra vez para el castillo.
Yo no conocía a aquellas
personas que residían en el palacio. Mi memoria no me permitía eso.
Pero ellos recordaban que
yo era la princesa de la tierra del Sol.
Después de regresar al
castillo de mi padre, hubo un atentado de muerte contra mí y toda la guardia
del castillo tuvo que ser removida.
En la entrega de armas a
los soldados, tuve una gran sorpresa.
El destino quiso traer a mi vida el antídoto que necesitaba para mi
curación.